29 jul 2013

Travels

Todo estaba oscuro. Era un domingo largo, de esos que parecen que se quieren quedar a vivir contigo toda la semana. La ventana estaba abierta, pero el alumbrado público tampoco tenía ganas de cambiar las cosas. Y ese portátil, en el que buscaba respuestas a las mismas preguntas, tampoco emitía suficiente luz como para iluminarlo. Era como siempre demasiado tarde, pero una melodía familiar cambió el sentido a todo.

-¿Tú también has estado allí, no?
-Muchas veces. Y lo más raro de todo es que cada vez me ha parecido un sitio diferente.
-¿Ha cambiado tanto?
-No, todo sigue igual. Se trata de algo más complicado, ¿nunca has tenido esa sensación?
-Me has descolocado, ¿por qué cojones es algo nuevo entonces?
-Tengo una teoría.....¿sigues estando segura de que nunca has sentido eso?
-Sí, porque para mí siempre ha sido igual. Los lugares nunca cambian, acéptalo.
-A veces, tengo la sensación de que la gente tiene la manía de llevarse cosas de los lugares. No hablo de algo material, sino de algo mucho más importante.
-¿Y?
-Pues que cuando vuelves parece que falta algo, como si ese lugar fuese una falsa copia de lo que era antes. Por eso creo que cambian y que lo suelen hacer para peor.
-¿Y no te parecerán peores porque sigues persiguiendo el pasado?

-He dejado de perseguirlo, pero a veces no podemos evitar ir a ver por donde va. Y ese sigue siendo un problema temporal.


No hay comentarios: