31 dic 2013

2013 significa aprender

Cuando llega el 31 de diciembre todos nos volvemos gilipollas. ¿Por qué? Porque siempre venimos con esa cantinela de que este ha sido el mejor año de nuestras vidas. Fin de año es el día de la memoria selectiva y de empezar de cero, como si la mochila se vaciase por el simple hecho de comer doce uvas y brindar con champán.

2013 no ha sido mi año. O sí. No sabría decirlo. Lo que tengo claro es que ha sido el año donde más he aprendido en mi vida. Y por eso, me gustaría compartir ocho (auto)consejos básicos que me han hecho crecer o cambiar en los últimos doce meses.

1. Perderse es bueno para volver a encontrarse, aunque para ello tenga que cambiar Santiago por Madrid. (Y por el camino, puedes dejar la cámara para coger un micrófono)

2. Siempre debemos buscarnos una sonrisa nueva, aunque la anterior acabe destrozada a base de golpes.

3. Tenemos la capacidad para llegar a cualquier sitio, pero no para irnos de ninguna parte.

4. Para ser feliz no es necesario sentirse la línea de meta de nadie.

5. Tú te has ido, pero has vuelto para enseñarme que hay que quererse un poco. O como dice Adriana Moragues: “Recuérdame que me quiera más a mi que a ti”

6. He aprendido que odiar nunca puede ir de la mano de olvidar. Y que el pasado es una chica a lo que no hay que desvestir.

7. Por supuesto, que cuando el invierno se retrasa es porque acabará llegando con más fuerza.

8. Y para acabar que las derrotas son importantes y que sin ellas nunca aprenderíamos a caminar.

No sé que nos deparará 2014, pero yo solo tengo claro que quiero seguir aprendiendo.


¡Feliz 2014 para todos! En especial, a los que venís por aquí de cuando en vez para gritar aquello de que “no somos tontos”.

24 dic 2013

Retazos

Mandar es difícil, pero él sabía hacerlo a la perfección. Tenía demasiadas cosas en la cabeza y me sorprendía que nunca se olvidara de las esenciales. Sin embargo, lo que más me impresionaba era el trato con sus compañeros. A veces reía, otras soñaba, pero cuando se enfadaba todos le tenían demasiado respeto.

Yo tendría ocho años, o nueve, qué más da. Lo que sí que recuerdo es que era una noche de invierno y llovía. Estaba más cascarrabias que nunca, y solo conseguí formularle la pregunta más estúpida de mi vida. ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué tenía que ponerse así para sentirse bien?

Entonces se echo a reír como un niño, como tanto nos gustaba a todos, mientras pensaba en cómo callar a un mocoso de ocho años. Lo único que acertó a decirme es que este mundo estaba perdido, muy perdido, porque desde hacía un tiempo se asociaba ser bueno con ser gilipollas.

Yo no lo entendí. Ni lo entiendo. Quizás, es que prefiero ser gilipollas antes que convertirme en un hijo de la gran puta.


Y ahora solo soy una canción que intenta sonar en todos tus altavoces, pero que se pierde por las interferencias de la radio

16 dic 2013

Puntos de giro

Era un jueves, o un viernes, poco importa. Llenaba la maleta de ilusiones y seguía pesando poco. Sabía que se olvidaba algo, pero la convicción nunca es suficiente para llenar un equipaje de mano. Entonces, miró su reflejo en el espejo y pensó que ese tren podía ser la solución a sus ojeras. Porque volar es caro y suele pasar factura. Y el low cost siempre deja resaca emocional.

-¿Crees que huir va a servir de algo?
-Espera, ¿quién ha dicho que esté huyendo?
-No sé, tiene toda la pinta. Me encantaría saber a donde vas.
-A seguir escribiendo.
-¿A seguir escribiendo? Jodido gilipollas, ¿quién te crees que eres?
-Me encantan tus piropos.
-Venga, déjate de vueltas inútil(es).
-Imagina un ejercicio de guión, vale. Todos hemos hecho tres mil quinientos cada vez que vamos al cine. Y resulta que tu personaje lucha por algo que no puede encontrar allí donde vive. ¿Qué harías?
-Traérselo a casa en un golpe de suerte. Es tu guión, ¿no?
-Pongamos que este es un guión con trabas, como la vida. Así que tiene que arriesgarse y salir a buscarlo. Y solo entonces puedes seguir escribiendo.
-¿No tienes miedo de estrellarte? Bueno…de que tu personaje no consiga su objetivo.
-Se estrellará. Pero da igual, porque estará escribiendo sobre lo que desea y acabará disfrutando del camino. ¿Sigues sin entenderlo?
-¿Y tú sigues teniéndolo tan claro?
-Lo único que tengo claro es que si esto es un guión con un pequeño margen de maniobra, que mis puntos de giro sean los importantes.

“Y no hay error si te enseña a caminar” – Adriana Moragues



9 dic 2013

Terrorismo emocional

Suena la música. Y tú conduces, sin rumbo, dando un rodeo que solo sirve para volver al principio. Hace frío y ya son muchos días bajo cero, como una plaga que una vez instalada solo puede hacer una cosa: crecer.

Tu terapia de grupo te recomienda no salir de casa, pero lo haces. Todos intentamos sonreír más, aunque solo sea otra forma de boicotearte. Quizás es que te has olvidado que la victoria es pasajera. Y la derrota, adictiva.

La vida es un test continuo, en el que aparecen los problemas en la pregunta más elemental. Has crecido, lo sé, pero crecer no debe limitarse a ser más responsable o a mantener(se) la distancia de seguridad. Crecer es aprender a vivir en paz con el pasado.


Porque es tan fácil de decir, como tan difícil de aceptar

1 dic 2013

Centrifugado cíclico

El domingo es el mejor día para hacer la colada. Supongo que a todos nos gusta olvidar las manchas del mes pasado para empezar de nuevo. Y nos damos una tregua, soñando que por una vez no vamos a acabar pringados hasta arriba de los mismos problemas.

Me tomo mi tiempo porque se trata de hacer las cosas bien. Y eso no es lo mismo que aparentarlo, aunque tú no entiendas la diferencia. Después, todo comienza a dar vueltas, para recordarnos que vivimos en una historia cíclica donde la única verdad es que nadie sabe nada.


Quizás es que todos, en el fondo, somos un poco victimistas. Porque siempre tenemos tiempo para echar las cosas en cara, pero casi nunca para agradecer lo bueno. Y diciembre puede ser un buen mes para empezar a hacerlo (o a intentarlo).

"El pasado es una chica a la que no hay que desvestir" - Marwan