26 ene 2014

Pase al siguiente nivel

Me tienes hasta arriba. Eres como ese alumno que siempre sabe sacar de las casillas al profesor. O como un dolor de cabeza que aparece cada vez que cometes un error. Y no se va, por muchos placebos que robe en el estante de las derrotas.

Lo único que puedo hacer es evitar caer, por todos los medios. Improvisar bajo mínimos, sin acercarse a la nota a evitar. Pagar peajes para no pasar por tus calles. Esperar al tren sin pensarlo, o simplemente perderlo para que él te tenga que esperar a ti. 

En el fondo, es como si estuviera atrapado en una partida de tetris infinita en la que siempre me roban la pieza que necesito. 
Y lo único que puedo hacer es no perder porque nunca puedo ganar.


Somos, cada vez más, los defectos que tenemos, no las cualidades – J. Saramago

13 ene 2014

A las trincheras

Anochece en el campamento base y no sabría decirte muy bien qué hora es. Hace tiempo que han quitado los relojes, como si descansar de la batalla fuera más fácil si no sabemos si son las dos o la tres. Y al final...siempre nos acaban dando las seis.

He venido a desordenar tu habitación. ¿Por qué? Porque me da la gana. A ver si así vuelves a sentir algo de una puñetera vez. Lo que prefieras. Como si te quieres preparar una infusión de rabia, asco e indignación. Así de fácil. O así de duro. El caso es que hace demasiado tiempo que me he quedado sin presupuesto para las copas de paciencia.

Esto es como una alergia a algo que no puedes (o no quieres) evitar. Como ese idiota que se tira a la piscina sin conocer su profundidad. Y tú sabes de sobra que no me voy a quedar en las trincheras si soy adicto a la primera línea de combate. El problema es que los cementerios están llenos de gilipollas valientes.



Y siempre es más bonita la "Historia" que vivirla

5 ene 2014

Segunda lección

¿Quieres improvisar? Me he estado fijando y se te nota. Ha llegado la hora de tirar con esas absurdas partituras con las que llevas cargando todos estos años, que no son más que un peso extra en tu mochila para poder avanzar. Y no me mires con esa cara porque todos sabemos que siempre llevas equipaje de mano.

-Soy todo oídos.
-Me encantaría ayudarte, pero no tengo ni idea de cómo lo hago.
-¿Es talento?
-Un poco, pero sobre todo práctica. Puedo ser el mejor, pero si me quedo sentado en una esquina del mundo a disfrutarlo nunca conseguiré nada.
-Pero sin talento no voy a ninguna parte.
-Yo sólo puedo decirte una cosa. Antes de hacer nada piensa en el principio y en el final. El resto, da un poco igual.
-¿Por qué?
-Porque la gente sólo se acuerda de cómo empiezan y acaban las cosas.
-¿En la música o en la vida?
-En las dos cosas. A fin de cuentas en los dos sentidos hay que saber improvisar. ¿Tú que piensas que es más difícil?
-Empezar. Dar el paso. Lanzarse al vacío sin red. Todo eso cuesta demasiado.
-Eso es complicado, pero no sabes lo difícil que puede llegar a ser encontrar un buen final.
-¿Por qué?
-Porque nunca estamos preparados para los finales. Tú te lo imaginas a lo grande, sin demasiadas florituras o por la salida de emergencia. Y mientras te lo piensas, el punto final ya te ha dado con la puerta en las narices.


Y algún día todos aprenderemos a puntuar correctamente los finales