-¿Vas a volver?
-No lo sé.
-¿Tan difícil es decir que sí?
-No voy a prometerte nada, no puedo. Solo sé hacerlo a lo
grande y no tendría demasiado sentido. Estoy lleno de cicatrices, y sigo queriendo tener unos ojos por dentro para comprenderme. Duermo tarde y mal, aunque no
me arrepienta de haberme quedado en el barco hasta el final achicando agua.
Desde entonces, sufro ironía terminal y he dejado de buscar las respuestas
en el cielo porque la luna es una puta mentirosa.
-Espera…
-Y no, no es buena idea abrirme en dos para saber lo que
hay dentro de esta cabeza.