Echar balones fuera es lo más fácil del mundo. Alargar las
cosas también. Evitar el tema de conversación importante también está de moda.
Y cada vez se lleva más aquello de dejar pasar las cosas para ver si otros las
arreglan.
Vivimos en un mundo extraño. Y con esas, a veces nos
volvemos extremadamente tontos. Nos creemos tan importantes que siempre
tropezamos con la misma piedra. Y al final, le acabamos cogiendo cariño a la
piedra.
Pero de eso, nadie tiene la culpa. O sí. Igual es que la
culpa es mía, porque me encanta meter la cabeza hasta el fondo y no esperar
resultados mediocres nunca. Pero no pasa nada, ¿quién cojones espera un final
feliz en el siglo XXI? Serlo, a secas, es más importante.
Y con estas, dicen que este va a ser el verano más frío
desde hace 200 años. Será por aquello de compensar, como pasa con el viento en
contra y el viento a favor.