29 may 2013

La maldita compensación

Echar balones fuera es lo más fácil del mundo. Alargar las cosas también. Evitar el tema de conversación importante también está de moda. Y cada vez se lleva más aquello de dejar pasar las cosas para ver si otros las arreglan.

Vivimos en un mundo extraño. Y con esas, a veces nos volvemos extremadamente tontos. Nos creemos tan importantes que siempre tropezamos con la misma piedra. Y al final, le acabamos cogiendo cariño a la piedra.

Pero de eso, nadie tiene la culpa. O sí. Igual es que la culpa es mía, porque me encanta meter la cabeza hasta el fondo y no esperar resultados mediocres nunca. Pero no pasa nada, ¿quién cojones espera un final feliz en el siglo XXI? Serlo, a secas, es más importante.


Y con estas, dicen que este va a ser el verano más frío desde hace 200 años. Será por aquello de compensar, como pasa con el viento en contra y el viento a favor.

25 may 2013

Saliendo a flote

El campo está inundado, hasta arriba. Los refranes de abril vuelven a tener sentido en mi mayo y los viernes siguen siendo un acorde de paso que a veces se resiste. Será cuestión de la resaca o del insomnio. Y el estudio sobre el porcentaje de culpa todavía sigue en proceso.

Y veo agua por todos lados, demasiada. Me llueve por la derecha, por la izquierda, por arriba y por abajo, como en Forrest Gump. Y a veces, con tanta agua es difícil salir a flote, aunque los salvavidas auxiliares y los paracaídas siempre aparecen en el momento justo.


Y si el mundo está lleno metáforas e indirectas, ¿cómo cojones no vamos a luchar por salir adelante? Es tan sencillo como que después de una tormenta el sol siempre vuelve a salir con más ganas. 

18 may 2013

Ejercicios de calentamiento


-       No son horas G, nunca son horas.
-       Sí, esa es la idea que se suele tener. Pero todos luchamos a estas horas, a nuestra manera.
-       Explícate.
-       Veamos. Hoy he puesto la tele y he visto lo de siempre, pero lo de siempre se ha convertido en algo diferente.
-       ¿Qué ha pasado?
-       Nada. La tele ha seguido funcionando bien, sin problemas.
-       ¡No te escapes! ¿Qué cojones era diferente?
-       Pues que todos luchan. De una forma u otra. Unos sueñan con ganar a su rival catorce años después, otros con un minuto de gloria en una gran vuelta y otros con simplemente ganar un punto de break. Y le ponen corazón, mucho corazón. Y luchan por un suspiro, por un jodido minuto de gloria, nada más. ¿Te parece normal?
-       Supongo que sí, pero creo que esta no es más que otra de tus metáforas.
-       Puede serlo. En realidad tú también puedes ser una simple metáfora. Pero es que ellos luchan para nada, ¿no lo entiendes?
-       No. No te entiendo.
-       Pues que muchas veces todo lo que construyen se viene abajo en milésimas de segundo. Ellos saben que nada dura lo bastante porque todo se acaba. Y aún así, se levantan y lo intentan otra vez. 
-       ¿Y?
-       Que creo que va siendo hora de dejar de lamentarse por nuestra última derrota, aunque siga presente. Queda mucho por delante como para no hacerlo. Así que empezaremos a calentar porque hace demasiado frío.

13 may 2013

Buscando el equilibrio


Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco nadie dijo que pudiera ser tan complicado. Buscamos el equilibrio sobre la cuerda floja. Y eso, es imposible, o por lo menos improbable. Y digo improbable por aquello de que siempre me ha gustado demasiado soñar despierto.

Entonces, después de convencerme de que no podíamos llegar a la luna subidos en un carrito de los que pueblan los supermercados, me he propuesto encontrar el equilibrio de madrugada. Y en esas ando, aunque hace tiempo que las gafas de sol ya no sirven para camuflar las ojeras.

La noche está llena de gente que busca encontrar el equilibrio. Yo los siento, los comprendo y hasta los compadezco, como ellos harían conmigo. Ayer, en el bar de abajo, alguien afirmaba que el equilibrio dependía de la cantidad de alcohol que llevaras en sangre. Pero así, aún es más difícil encontrarlo. Porque los vasos también se tambalean.

Y así andamos, con la teoría de la relatividad a las vueltas y sin tener muy claro con que debo soñar. Y una noche más u otra noche menos, el equilibrio vuelve a ser imposible. Pero todo es cuestión de tiempo.

4 may 2013

Pequeñas dosis de realidad (vol. 3)


El tiempo sigue teniendo mucha prisa. Los aeropuertos cancelan vuelos casi todos los días. Las oportunidades se van al limbo. Internet sigue sin llegar a mi habitación. Todo lo que sube acaba bajando. El ron hace daño. Los hielos, también. Los discos se rayan. Por las noches parece invierno. Y la primavera es perezosa. Los viajes de ida y vuelta son más duros porque nadie te espera en la estación. Las relaciones se desgastan. Nada dura toda una vida. Ni toda una vida es suficiente para nadie. Los lunes son odiosos. Madrugar los martes, también. Las baquetas se rompen y siempre acabo tocando la nota a evitar. Nos recortan en sueños e ilusiones. El futuro es demasiado incierto. Las gafas de sol no tapan las ojeras. La rutina es tedio, y el tedio es rutina. Los semáforos están en rojo si los miras. Los baches están donde menos te lo esperas. Los perros muerden. Y los gatos son muy perros. Los malos son muy malos y los buenos, a veces, no son tan buenos.

Y si te disparan, sangras. Es lo que hay. Pero esto es demasiado importante como para perder el tiempo lamentándose y observando por el espejo retrovisor.