26 feb 2012

Mariposas, por todos lados

Todo tiene consecuencias. Y cuando digo todo, es todo, desde decidir hacer determinada carrera, pasando por elegir irse a vivir fuera y llegando a decidir que jersey me voy a poner mañana por la mañana.

En guión, nos explican que los personajes son su personalidad unida a sus acciones y las consecuencias que esas acciones tienen. Es muy fácil, cada acción supone una reacción en el futuro y eso es irreversible. Pero por suerte siempre se puede pulsar la tecla de borrar en el momento que nos interese y ver que hubiese sucedido con la decisión contraria.

Si lo pensamos, la vida no es demasiado diferente y nuestras decisiones influyen siempre en nuestro presente. Y pensar en que hubiese pasado si hubiésemos tomado otro camino determinado o si simplemente nos hubiésemos cortado el pelo es intrigante a la vez que impactante.

Sin embargo, en la vida no existe el botón de suprimir o de deshacer. Y ahora, G solo piensa que esta aquí gracias a sus decisiones, sus consecuencias y las casualidades. Y no se queja, porque esas casualidades han sido tan grandes que parece que estaban destinadas a pasar tarde y temprano. Y cuanto antes han llegado mejor, porque el efecto mariposa ha dado por una vez en el clavo.

2 feb 2012

Pequeñas dosis de realidad (2)


El tiempo tiene prisa. Los discos se rayan. Los criminales se libran de la cárcel. El FBI nos deja sin contenidos digitales. Las relaciones se desgastan. Las cosas no son como parecen. Las palabras son balas que hacen daño. Y los hechos pueden llegar a ser bombas nucleares. La telebasura gana terreno todos los días. Internet no llega a mi habitación. Mi equipo sigue en  segunda división. Los poderosos se enriquecen a nuestra costa. El plan Bolonia es solo un invento más para incordiar. El modo probable de los personajes no siempre es el que nos esperamos. El invierno es frío. Y la primavera es perezosa. Las baquetas se rompen y siempre acabo tocando la nota a evitar. Los cuerdas se oxidan con el frío y la piel se arruga con el agua. La rutina es tedio, y el tedio es rutina. Los semáforos están en rojo si los miras. Los baches están donde menos te lo esperan. Los perros muerden. Y los gatos son muy perros. Los malos son muy malos y los buenos, a veces, no son tan buenos.

Y si te disparan, sangras. Esa sigue siendo la realidad. Pero cuando ella sonríe el mundo en un lugar maravilloso en el que vivir. Y por eso lo demás no importa, porque los sueños ya no son solo sueños y las ilusiones…las ilusiones son todo lo grandes que ella quiera porque si se ella se cae nos vamos a levantar juntos las veces que haga falta.