19 abr 2011

.


Todo el mundo sueña, sin excepciones. El mendigo de la puerta del supermercado sueña con una moneda y la moneda sueña con servir para cambiar el mundo. El chico que camina por la acera de enfrente sueña con invitar a la chica que tanto le gusta al cine y ella sueña con el cantante que empapela su carpeta. El cantante sueña con poder ir con su novia al teatro sin que los reconozcan y los actores sueñan con un fin de semana libre. El parado que se pasa los lunes y los martes al sol o a la lluvia sueña con trabajo y el inmigrante sueña con un trabajo con papeles y bien remunerado. El jubilado con el que se acaba de cruzar sueña con que le toque la lotería que acaba de comprar y el dependiente que le vendió el billete sueña con que llegue la hora de comer. De camino a casa choca con un joven de sudadera roja que sueña con ser futbolista, pero que ignora que el futbolista sueña que lo miren sin las luces del estadio, que aparezca alguien que quiera mirarle dentro. Mientras, su representante solo piensa en su nuevo contrato….Y yo, yo hace tiempo que no se qué soñar.

3 abr 2011

Time is running out



Como cuando levantas un bolígrafo para poner un punto final y dudas si seguir escribiendo. Sí, es esa misma sensación de incertidumbre pero elevada al cubo porque tú no vas a tomar la decisión final. Esta vez es como si el bolígrafo tomara vida en el momento clave.

Y mientras, el tiempo se acaba, aunque yo sigo improvisando en mi vibráfono un blues cualquiera. Da igual la escala o la pentatónica, hace tiempo que me he olvidado de eso. Simplemente las notas suenan en su sitio, como si encajasen solas. Es como si el tiempo se hubiera parado, aunque en realidad es lo único que siempre sigue corriendo.