10 jun 2013

Prórrogas

Vuelvo al tren y me gusta. Llueve, pero tampoco importa. Quizás así el vaso se llene un poco más. Cogemos retraso y lo veo necesario. Así lo escribo, por mono o por ganas. En definitiva, hoy todo está lleno de contradicciones.

Junio sabe a prórroga y a despedidas, pero también a empezar de nuevo. A llegar a puerto después del naufragio con rumbo firme, mientras me entretengo con lo que me cuenta el viento que seguro que es más interesante que echar la vista atrás. Y sobre todo, saboreando lo bueno que va a ser demasiado.

Nunca me han gustado las prórrogas, ya que suelen ser injustas e innecesarias. Pero esta en concreto me parece tan necesaria como maravillosa. Porque en el fondo, ese por el que a veces nos toca arrastrarnos, existen guerras que nunca se acaban ya que siempre volverán de una forma u otra.

No hay comentarios: