En ocasiones, las heridas curan de forma muy lenta, pero
siempre lo acaban haciendo. Y os lo digo después de los últimos meses, donde podría convalidar un
máster de medicina práctica para la vida. El insomnio, como los hematomas, se acaba
reabsorbiendo y las heridas acaban dejando cicatrices.
Y las cicatrices molan. Así, coloquialmente, porque ya vale
de formalidades médicas mientras el mundo se viene abajo. A veces me gustaría contar
todo lo que he aprendido. Sobre todo ahora, porque hasta que los disparos son
fallidos no hay nada que aprender. En esas, lo importante es vivir.
Las cicatrices son importantes porque nos recuerdan los
errores del pasado. Y ya no hay media noche, ni media vida, ni vida y media.
Pero lo que tengo claro es que los errores importantes no son los que cometemos
con los demás, sino con nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario