El campo está inundado, hasta arriba. Los refranes de abril
vuelven a tener sentido en mi mayo y los viernes siguen siendo un acorde de
paso que a veces se resiste. Será cuestión de la resaca o del insomnio. Y el
estudio sobre el porcentaje de culpa todavía sigue en proceso.
Y veo agua por todos lados, demasiada. Me llueve por la
derecha, por la izquierda, por arriba y por abajo, como en Forrest Gump. Y a
veces, con tanta agua es difícil salir a flote, aunque los salvavidas
auxiliares y los paracaídas siempre aparecen en el momento justo.
Y si el mundo está lleno metáforas e indirectas, ¿cómo
cojones no vamos a luchar por salir adelante? Es tan sencillo como que después
de una tormenta el sol siempre vuelve a salir con más ganas.
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