13 may 2013

Buscando el equilibrio


Nadie dijo que fuera fácil, pero tampoco nadie dijo que pudiera ser tan complicado. Buscamos el equilibrio sobre la cuerda floja. Y eso, es imposible, o por lo menos improbable. Y digo improbable por aquello de que siempre me ha gustado demasiado soñar despierto.

Entonces, después de convencerme de que no podíamos llegar a la luna subidos en un carrito de los que pueblan los supermercados, me he propuesto encontrar el equilibrio de madrugada. Y en esas ando, aunque hace tiempo que las gafas de sol ya no sirven para camuflar las ojeras.

La noche está llena de gente que busca encontrar el equilibrio. Yo los siento, los comprendo y hasta los compadezco, como ellos harían conmigo. Ayer, en el bar de abajo, alguien afirmaba que el equilibrio dependía de la cantidad de alcohol que llevaras en sangre. Pero así, aún es más difícil encontrarlo. Porque los vasos también se tambalean.

Y así andamos, con la teoría de la relatividad a las vueltas y sin tener muy claro con que debo soñar. Y una noche más u otra noche menos, el equilibrio vuelve a ser imposible. Pero todo es cuestión de tiempo.

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