14 dic 2010

Explicaciones ilógicas

- Es una sensación extraña, debe ser cuestión de personalidad pero siempre me pasa. Imagínate que abres un libro, un libro cualquiera, ciencia ficción, novela, poesía, misterio….me da igual…lo que prefieras. Tú empiezas a leer y poco a poco te vas metiendo en la historia. Entonces yo pienso para mí mismo: “leo media hora y me pongo a dormir que ya es muy tarde”. Otra persona cualquier haría eso pero yo nunca soy capaz de hacerlo. Hay días que son las cuatro de la mañana y ahí estoy con la historia, deseando acabarla, enganchado desde decidí abrir ese libro.

- ¿Y te pasa con todos los libros?

- No, eso quizás sea lo peor. Principalmente solo con los largos, los complicados, los que te cuesta leer…realmente son solo esos los que me llegan de verdad.

-Eso es un problema. ¿No sería mejor buscar algo más sencillo?

-No, eso no es un problema. Las cosas complicadas pueden ser fáciles si tú quieres verlas así. Lo peor es cuando no puedes dejar de leer un libro que no es tuyo. Digamos que es de la biblioteca y sabes que hagas lo que hagas no va a haber ninguna posibilidad de quedártelo. Ese es el principal problema.

-¿Por qué siempre me cuentas todo con metáforas?

-Porque con metáforas la vida, a veces, es menos deprimente.

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