Sigues llegando igual que el frío, sin avisar, como si
supieras que la vida es un poco más agradable desde que no tengo tiempo para mí (ni para ti). Vuelvo a tener los pies helados y la luna vuelve a mentirnos a lo
grande desde el cielo. A veces me tapo los oídos, pero eso no hace desaparecer el ruido. Además, ya sabes que el orden de los factores siempre alteró
nuestro producto.
-¿Has sacado la basura?
-Creo que ya te lo imaginas.
-Siempre igual, joder. ¿No sabes que hoy me tocaba a mí?
-Lo sabía, pero lo he hecho sin pensar.
-¿Sin pensar?
-Sí, es una sensación rara.
-¿Me quieres explicar las cosas de una vez?
-Vale. Supón que las mejores cosas de tu vida te han pasado
de repente, sin pensar.
-¿Y el resto?
-El resto, lo que se ha ido a la basura, ha sido única y
exclusivamente por mi extraña manía de darle la vuelta a las cosas. Y hoy, he
querido sacar la basura antes de llenar la bolsa de este absurdo ruido.
-¿Y cuál es el problema?
-Que a pesar de todo, me considero una persona reflexiva.
"Lo dejaré estar un tiempo y luego se irá, porque el ruido siempre vuelve. Porque el ruido siempre está ahí y reclamará su espacio de manera natural" - Zahara
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