30 jul 2014

Pequeñas dosis de realidad (vol. 4)

El tiempo tiene prisa. Los aeropuertos cancelan vuelos casi todos los días. Y los aviones han empezado a perder el rumbo. Las oportunidades se van a al limbo. El ron hace daño. Los hielos, también. Los discos se rayan. Y sigo sin encontrar aquel vinilo que tanto nos gustaba. Las dictaduras en primavera nunca fueron positivas. Porque el verano se vuelve pegajoso. Los viajes de ida y vuelta ya no tienen sentido porque nadie te espera en la estación. Echar de menos sigue provocando las peores agujetas del mundo. Nada dura toda una vida. Ni toda una vida es suficiente para nadie. Las baquetas se rompen y siempre acabo tocando la nota a evitar. Siguen los recortes en sueños e ilusiones. Las gafas de sol no tapan las ojeras. La rutina es tedio, y el tedio no cabe en mi rutina. Los semáforos están en rojo si los miras. Los baches están donde menos te lo esperan. Los perros muerden. Y los gatos son muy perros. Los malos son muy malos y los buenos, a veces, no son tan buenos.

Y si te disparan sangras. Aunque tarde o temprano te acabes(n) curando.


 Porque las cosas fáciles nunca pueden llegar a ser maravillosas

1 comentario:

G dijo...

Me encantaba y me encanta, G.