Me gusta esta playa. No tiene arena importada del Caribe, ni
una bandera azul a la que rendirle tributo. Tampoco recibe ofertas para posar
como modelo en una guía turística, pero aquí me siento bien. Es algo difícil de
explicar....como la física, las matemáticas o buscar algún motivo lógico por el que me gustas. Somos
así de complicados. Piénsalo, vengo a la playa a buscar respuestas en la arena
y me voy con un mar de dudas.
Espera, creo que ya lo tengo, esta playa es mi casa. Ese
comodín que me saco de la manga cuando me pierdo en el juego de la vida. Un lugar que siempre espera por mí, ya que todo sigue igual en esta parte del
mundo. Las olas, el tiempo y las personas. Es mi institución de bandera blanca,
embajadora de todas las treguas. Además, este podría llegar a ser tu oasis favorito porque aquí siempre encajan las piezas de mi puzzle.
-Muy bien. Me alegro. Pero ya estás huyendo otra vez. ¿De
qué te sirve?
-Huir no soluciona los problemas, pero sirve para
relativizarlos. Y visto lo visto, de momento no es poco.
"Se puede huir de todo menos de lo que se pierde" - Haruki Murakami
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