Científicos de todo el mundo investigan una línea directa
hacia tu boca. Crimea busca excusas para darle plantón a Rusia, ya que lo
quiere es anexionarse a tu sonrisa. Y siguen las retenciones en la autopista que une tu aurícula izquierda con tu ventrículo derecho.
Esa carretera tiene el récord de puntos negros, ya que casi
nadie es capaz de llegar a tu destino. Programo el GPS por tus curvas e
invierto todos mis ahorros en simpatía. Sé que acabaré en bancarrota, pero por
un día no seré un discapacitado sentimental al volante. Tengo suerte y atravieso tus fronteras, ya que tus policías se han
olvidado de pedirme los papeles del autoengaño.
“Ha llegado a su destino” - me dice una vocecita estúpida. Y
es que aquí todo es estúpido porque nada tiene sentido. La luna no miente, las
promesas se cumplen y los planes acaban saliendo. Y hasta los políticos me caen
bien, ya que no hay crisis que valga si te vienes a bailar conmigo.
Hasta que…..despierto. Y el que ríe el último no es el que
ríe mejor, sino el que ríe contigo.
“Nadie se muere por nadie, porque todos se mueren por ti” –
Adriana Moragues
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