25 oct 2014

Bochorno existencial

"Tranquila mamá, todo irá bien". Luego colgaba, y pensaba que había pasado mucho tiempo, quizás demasiado. Esa puerta oxidada, hinchada por el calor y el insomnio del verano, estaba abierta de par en par. Y por fin había aceptado esa copia de las llaves que intentaban descifrar un futuro incerto. Octubre era verano, más que nunca. Lo decían los achaques de su abuela, los mapas del tiempo y esa manta que le miraba con resignación desde el armario.

Los viernes llegaban cargados de resaca emocional, quizás porque se pasaban al sol. Entonces, se refugiaba colgando la ropa, como si disimular los defectos fuese algo tan sencillo como hacer la colada. A veces lo conseguía, no te lo voy a negar. El problema es que los quitamanchas suelen salir caros y, aunque lo intentes, el mundo sigue girando a pocas revoluciones por minuto.

Se acercaba una puesta de sol extraña, bonita, pero donde lo que le llamaban la atención eran unos estúpidos sudores fríos. Hasta que unos gritos lo sacaron de su mundo. Allí estaban ellos, veinte chavales corriendo detrás de un viernes disfrazado de balón de fútbol. Saltando y disfrutando, viviendo el hoy y sin pensar en el mañana. Ni deberes, ni verduras, ni castigos sin recreo. Simplemente tocaba disfrutar.

Entonces él lo entendió todo. Se observó de cerca y su colada seguía llena de manchas, pero ya no lo importaban. Sonrió y se dio cuenta de que quizás ahora tocaba vivir más y pensar menos.


De ahora en adelante dejará de tener esperanza en nada y vivirá en exclusiva para hoy mismo, para este momento, este instante fugaz, el que ahora está aquí y ya no está, el momento que se ha ido para siempre” - Paul Auster

3 oct 2014

Filtros de despedida

Después de cinco patios sin luces, por fin he llegado al exterior. Madrid está rara. Supongo que depende del filtro de los ojos, y hoy ha tocado uno muy húmedo y con sabor a sal. En realidad, todo se basa en eso, porque las cinco de la mañana no son lo mismo si me despiertan o me las trasnocho para abrazarme a ellas. Sin embargo, tu maldito reloj seguro que sigue marcando la misma hora.

Hay una luz que se refleja en la ventana que no me deja dormir. Otra parpadea para llamar mi atención. Hay muchas más, algunas más bonitas que otras, pero todas se hacen la misma pregunta estúpida: ¿hacia dónde vas a huir? Y será cosa del insomnio, pero cierro los ojos y solo escucho las olas del mar.

¿Sabes? Podría quedarme así horas y horas. Porque describir lo de fuera es muy fácil, y mirarse por dentro es mucho más complicado. Me levanto y arranco la última hoja del calendario de los sueños. Entonces, aparecen ellos, con su destino escrito a fuego en la piel. Porque a fin de cuentas octubre huele tanto verano, como noviembre a vacío existencial.


"La vida no es como las has visto en el cine. La vida es más difícil" - Cinema Paradiso