Supongo que no tenemos futuro, que hay cosas que hace tiempo
que ya no podemos enderezar. También, que hemos elegido mal, que las
probabilidades no son algo que dependa de gustos, sino de una fórmula
estadística. El resto, nos lo hemos inventado porque nos había quedado esa
parte por estudiar.
Quizás todo está más perdido que nunca, y la multiplicación
por cero sea la forma más correcta para definir cualquier cambio u objetivo que
deseemos para nuestro futuro. Y en esas, supongo que imaginar se ha quedado
pasado de moda y soñar forma el punto más bajo de cualquier escala de valores.
Una mentira repetida muchas veces acaba convirtiéndose en
una verdad. Y los fines de semana siguen siendo para soñar, eso tan anticuado,
aunque pronto llegue el lunes a despertarnos de la realidad. Sin embargo, a mi
siempre me ha gustado soñar e imaginar, y decidir y luchar por lo que quiero.
Aunque últimamente y más que nunca, estos no sean buenos tiempos para los
soñadores.