23 may 2011

Nos vemos en la calle


Yo no nací en 1917, pero también estoy indignado.  Indignado, harto y con ganas de cambiar las cosas. Porque no es normal que unos vivan a costa de otros, y sobre todo que la “mayoría” de esos otros todavía no se haya dado cuenta.

Puedo entender muchas cosas, pero nunca entenderé como se puede premiar a la corrupción con más votos que hace 4 años, o como algunos se congratulan de haber asfaltado una carretera para llegar mejor al puticlub de su pueblo como su mayor logro político y todavía haya gente que le ría las gracias. Estoy harto de que se crean héroes, de que salgan al balcón a saludar y a felicitarse como si hubiesen conseguido cambiar el país. Lo triste es que lo han hecho, pero cada vez para peor. 

Eso es lo que pasa día a día en mi pueblo y en mi país. Llamadme utópico, pero yo creo que nos merecemos algo mejor. Tengo muy claro que si no nos dejais soñar no os dejaremos dormir. Ya va siendo hora de hacerlo y de que cada vez más se den cuenta de ello. Nos vemos en la calle.

13 may 2011

Cerrando el círculo

- Nietzsche tenía razón. Él predijo que los acontecimientos se repetían de forma cíclica, como en un eterno retorno y que debíamos de tener cuidado de no cometer errores porque en la siguiente ocasión sería muy difícil de rectificar. Nietzsche era un visionario como tantos otros.
- ¿Qué tiene que ver Nietzsche en todo esto?
- Mucho. La filosofía puede serlo todo o no valer absolutamente para nada en esta vida, pero la de un hombre que decía que sin música la vida sería un error creo que debería de ser tomada en cuenta.
- ¿Y eso condiciona toda una filosofía?
- No, ni mucho menos, pero eso no quita que en este caso tuviera razón.
- A ver, ¿por qué tenía razón?
- Imagina un examen, pero no un examen cualquiera. Imagina un examen práctico cualquiera donde rectificar es imposible. He hecho muchos exámenes de ese tipo en mi vida y en todos me pasa practicamente lo mismo.
- ¿Lo qué?
- ¿Lo qué de qué?
- ¡Qué te pasa en esos exámenes!
- Pues nada. Que empiezo muy seguro de mi mismo, pensando que todo va a salir genial hasta que cometo un error. Si hay suerte y no meto la pata todo sale perfecto de principio a fin, pero si cometo un error todo se viene abajo, como si perdiera la confianza de un momento a otro.
- Pero un error así no debería tener importancia. Solo se trata de superarlo y seguir igual.
- Pues para mi la tiene, y por eso digo que Nietzsche tenía razón. La primera vez que ocurrió no supe como reaccionar, y ahora es difícil acertar en lo que hemos fallado en el pasado cuando se repite. Esos exámenes a veces se parecen muchísimo a las relaciones, o por lo menos a las que yo conozco. Todo va sobre ruedas hasta que cometo un error y todo se viene abajo.
- ¿Y eso tiene solución?
- Supongo. Será cuestión de aprender. Creo que últimamente estoy creciendo demasiado y eso puede ser bueno o malo. Pero espero que con eso sea capaz de contradecir a Nietzsche por una vez. Sólo es cuestión de intentarlo.